Anna Dello Russo,una víctima de la moda

En los últimos años, Anna Dello Russo
comenzó a llamar más la atención, no tanto por su trabajo como editora de la
revista Vogue Japón, sino por su excentricidad a la hora de vestirse.
En esta nueva era de auge de los
bloggers, ella es la reina. Sus elecciones de vestuario son amadas por unos y
odiadas por otros (realmente no hay un punto medio). Es perseguida a
donde quiera que vaya por los fotógrafos de Streetstyle, que buscan mostrar las
últimas tendencias reflejadas en las calles, y creó una nueva imagen de lo que
son los editores de moda.

Ella es la imagen del consumismo puro,
siempre necesita tener lo último y lo más exclusivo. Jamás usa una misma prenda
dos veces - y lo admite sin pudor-. Su confianza en sí misma y en sus
elecciones es más que envidiable, pero ¿cuál es el límite de la excentricidad?
Una persona que tiene un departamento exclusivamente para su ropa, que comenta
orgullosa contar con una colección de más de 4,000 pares de zapatos y que se
deshace de las prendas que solo fueron usadas una vez (el destino de esas
prendas permanece desconocido) ¿es un buen modelo a seguir?
La colección cápsula que realizó para
la cadena sueca H&M - en octubre del año pasado - mostraba a la
perfección su estilo barroco y su forma de ver la moda. En el video de
promoción de la colección, se la podía oír recitando frases como “yo soy la
guardiana de la moda”, “la moda siempre es incómoda, si te sentis cómoda no
conseguís el look” o “dorado, suntuoso, exceso, nada triunfa como el exceso”,
esta es su filosofía de más es más, y más nunca es suficiente.


Para bien o para mal, Anna Dello Russo, se convirtió en un ícono de la
moda. En este momento de crisis económica global no parece ser la mejor opción
tomar a una persona como ella como modelo a seguir, pero así como de una crisis
surgió el estilo barroco para ilustrar a lo que se quería llegar y para
aparentar que todo estaba mejor de lo que realmente estaba, ahora surge Anna
para mostrarnos un mundo al que muchos aspiran llegar y pocos lo logran.
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